Viernes 13 de marzo de 2020: el Presidente de Estados Unidos declara una emergencia nacional debido al brote de coronavirus. Esa misma tarde, el superintendente del Distrito Escolar Unificado de Oakland (u OUSD), en Oakland, California, declara que, a partir del lunes siguiente, las 80 escuelas de kinder al 12.o grado del OUSD suspenderían las clases presenciales. Los 35,000 estudiantes del distrito pasarían al aprendizaje a distancia mediante clases y tareas escolares en línea durante el siguiente mes como mínimo. Y así comenzó el desafío logístico más profundo que habían enfrentado jamás los administradores escolares de Oakland.
Sin embargo, la comunicación no era el único obstáculo. En ese momento, según indica Susan Beltz, directora de tecnología del OUSD, solamente el 12% de los 25,000 estudiantes de bajos ingresos de Oakland tenía una conexión a Internet en su hogar.
Incluso entre quienes tenían el equipo, la mayoría todavía carecía del servicio para conectarse a Internet, generándose una enorme disparidad entre quienes estaban preparados con las herramientas necesarias para el aprendizaje a distancia y quienes no. Esa disparidad es un problema actual conocido como “brecha digital” —o bien, dentro del contexto escolar, la falta de conectividad para tareas escolares— y afecta no solo al OUSD sino a muchos otros distritos escolares a lo largo del país. Para las escuelas y los estudiantes de Oakland, el cambio a las clases exclusivamente en línea no era tan simple como conectarse a Zoom. “La logística era abrumadora”, señala Beltz.
Beltz junto con Ali Medina, directora ejecutiva del Fondo de Educación Pública de Oakland, siguieron adelante con determinación. Se asociaron con administradores de todo el distrito y con funcionarios de la Ciudad de Oakland. Todos tenían en mente la emergencia provocada por la pandemia, pero también veían el panorama general. “Nos unimos para expresar que existía esta enorme necesidad, que esencialmente es el problema de esta generación, y debía solucionarse”, explica Medina. “En verdad, todos estábamos respondiendo a un llamado a hacer lo correcto, incluyendo a T‑Mobile. Tenemos esta tecnología y vamos a dársela a los niños y adolescentes que la necesitan”.
T‑Mobile reconoce que el problema es demasiado grande para que el gobierno o las agencias sin fines de lucro lo solucionen por sí mismos, por lo que ha dedicado durante años una gran cantidad de recursos para cerrar no solo la brecha digital sino también la falta de conectividad para tareas escolares a través de su Proyecto 10Millones. Anunciado en 2019 y lanzado al año siguiente, el Proyecto 10Millones de T‑Mobile ya lleva un año proporcionando soluciones de conectividad para las escuelas, y antes de eso con su campaña de menor escala EmpowerED, por lo que la compañía ya tenía una relación con el USD de Oakland y el Fondo de Educación Pública de Oakland, la organización sin fines de lucro que recauda fondos y actúa como patrocinador fiscal del OUSD.
Sin embargo, el COVID intensificó la urgencia. La clave para solucionar la falta de conectividad para tareas escolares de Oakland era ampliar la ayuda, y hacerlo más rápido de lo que nadie imaginaba posible. Una donación realizada al principio por Jack Dorsey, director ejecutivo de Twitter, a lo que luego se conocería como la campaña #OaklandUndivided, se utilizó para pagar miles de nuevas tablets y laptops para estudiantes. El problema era que no había servicio para los dispositivos. “Y aquí hizo su aparición T‑Mobile, como todo un superhéroe al rescate”, señala Medina entre risas.
La colaboración entre T‑Mobile y el OUSD había comenzado a una escala mucho menor. En esta nueva situación, cada aspecto se ampliaba. Beltz y Medina convocaban reuniones semanales entre administradores de distritos, funcionarios municipales y personal de T‑Mobile. Día tras día, semana tras semana, se mantenían en contacto con decenas de empleados de distintas organizaciones y departamentos.
“Teníamos constantemente estas conversaciones sobre cuándo llegarían los hotspots. Y, una vez que llegaran, nos preguntábamos si nosotros debíamos instalar las tarjetas SIM o si lo harían ellos. Y cómo hacer para llevar un control de todo esto, y cómo saber si una línea debía desactivarse porque el dispositivo se había extraviado y ya no tenía uso”, explica Beltz. “Se requirió muchísimo trabajo de fondo para asegurarnos de que estos dispositivos llegaran a las manos de los estudiantes, que fueran utilizados por ellos, que tuvieran buena asistencia y que recibieran un reemplazo y una nueva entrega cuando fuera necesario. La colaboración con T‑Mobile como proveedor ha sido increíble porque, una vez que se firmó el contrato, no dijeron simplemente ‘¡Muy bien, vamos a enviar unos cuantos dispositivos y pasamos al siguiente cliente!’”
Medina agrega, “La ejecución satisfactoria de este contrato fue una obra de amor entre nosotros, la ciudad y T‑Mobile. Ahora puedo decir que soy experta en telecomunicaciones. Pero realmente fue una experiencia increíble. Lo digo todo el tiempo: si no hubiera sido por T‑Mobile, no habríamos podido conectar a todos estos estudiantes. Fue una verdadera inversión por parte de T‑Mobile, una inversión de tiempo, recursos, energía y creatividad”.
En total, la campaña #OaklandUndivided adquirió y distribuyó decenas de miles de dispositivos inalámbricos como hotspots, tablets y laptops, además de planes de servicio para conectar todos esos dispositivos en salones de clases y hogares particulares de toda Oakland. El proceso llevó meses, incluso a un ritmo acelerado. Y la colaboración no solo ha resistido un año de aprendizaje remoto, sino que continúa en el nuevo año escolar. Ahora, casi todos los estudiantes del distrito pueden conectarse a Internet; Beltz y Medina indican que el Proyecto 10Millones ha contribuido a mejorar el porcentaje de conectividad del 12% al 98%. Pero el desafío no termina.
“Siempre tenemos nuevos estudiantes que se acaban de mudar a Oakland y desean inscribirse”, explica Beltz. “Y aunque asistan a la escuela en forma presencial, igualmente queremos asegurarnos de seguir solucionando la falta de conectividad para tareas escolares y la brecha digital”.
“Toda mi carrera ha transcurrido en el ámbito de la tecnología”, continúa, “y el término ‘brecha digital’ existe desde los años 90. El hecho de que tenga una urgencia tan imperiosa en 2021 muestra cómo están las cosas y esa enorme diferencia de oportunidades entre las personas que tienen conectividad y dispositivos y las que no. Creo que los líderes educativos y municipales realmente reconocen esta situación al decir ‘Esto no es aceptable para nuestros niños y adolescentes’”.
Con el Proyecto 10Millones avanzando a toda velocidad en Oakland, y con T‑Mobile habiendo conectado ya a un total de 3 millones de estudiantes a lo largo del país, Medina se muestra particularmente entusiasmada por continuar este trabajo durante el Mes de la Herencia Hispana. Pone énfasis en su propia ascendencia latina para destacar un aspecto fundamental. “El Proyecto 10Millones fue de enorme utilidad para nuestros estudiantes de color”, explica. “La pandemia exacerbó los problemas que existen por la diferencia entre quienes tienen y quienes no. Pero lo que realmente hizo fue impulsarnos a profundizar y decir, ‘Vamos a atender las necesidades de los estudiantes de bajos ingresos, incluyendo los estudiantes de color, para garantizar que tengan igualdad de acceso y equidad en el espacio educativo’. Fue un paso muy importante hacia adelante, una especie de advertencia de que vamos a revertir el tema de la equidad. No vamos a permitir que esta disparidad siga separando a los niños y adolescentes y desconectándolos de su capacidad de aprender. Porque esa es la manera de lograr movilidad económica y éxito en el mundo en que vivimos. Queremos que todos tengan igualdad de acceso a las oportunidades”.
Para obtener más información sobre el Proyecto 10Millones de T‑Mobile o para inscribir a tu distrito escolar en el programa, visita es.t-mobile.com/p10m. Si eres padre, madre o tutor de un estudiante elegible, puedes inscribirte en www.t-mobile.com/proyecto10millones.
