Con tantos distritos escolares en todo el país trabajando intensamente para implementar programas de aprendizaje a distancia, no hay mejor momento para hablar de la brecha digital y del derecho de los estudiantes a la educación.
Si bien el término "brecha digital" se puede usar para describir diferentes instancias en las que niños marginados y los que requieren tecnologías de apoyo no tienen acceso a lo que necesitan para mantenerse al nivel de sus pares más afortunados en todo el mundo, a lo que deseo referirme en este artículo es a los millones de estudiantes K-12 en los Estados Unidos que no tienen acceso a Internet en sus hogares.
De acuerdo con el informe Condition of Education 2019 realizado por el Centro Nacional de Estadísticas en Educación, en 2017 solo el 49% de las familias con ingresos inferiores a $20,000 al año tenían acceso a Internet en sus hogares. Y de las familias sin acceso a Internet, el 34% informó que no podía pagar el servicio. Eso son millones de estudiantes. Para poner esta cifra en perspectiva, sería como cortar el acceso a Internet a todo el estado de Nevada.
Tenemos que encontrar la manera de cerrar esta brecha, de lo contrario, estos niños seguirán quedando cada vez más rezagados. Y, con tantos estudiantes luchando por terminar el año académico desde casa simplemente porque no tienen acceso a Internet, ahora es el momento ideal no solo para hablar de la brecha digital sino, sobre todo, para hacer algo por cerrarla.
En medio de los cierres de escuelas en todo el país debido al COVID-19, todos hemos sido testigos de las demostraciones de apoyo de los distritos escolares, así como de empresas como T-Mobile, Zoom y Schoology, para ayudar a niños marginados con cosas como uso de Wi-Fi gratuito, precios reducidos y servicios de teleconferencia sin cargo. Y ahora, tenemos que apoyarnos en estos esfuerzos para resolver el problema crónico subyacente.
El COVID-19 nos ha demostrado que la igualdad digital no es un ideal del futuro que podríamos abordar en alguna fecha indeterminada más adelante. La desigualdad actual debe resolverse hoy mismo. No debido a la próxima pandemia o desastre natural sino porque, cuando la avalancha de buena voluntad se detenga, muchos de estos estudiantes seguirán estando en desventaja en comparación con sus compañeros. Esta disparidad tiene consecuencias negativas para todos nosotros.
En el mundo de hoy, el acceso a Internet ya no es un lujo, es una necesidad. Del mimo modo en que los estudiantes no pueden aprender si no tienen un techo adecuado, buena alimentación y espacios seguros, tampoco pueden hacerlo si no cuentan con las herramientas apropiadas. Esto no es un ejercicio teórico: cuando estos estudiantes salgan de la escuela estarán mal preparados para moverse en un mundo cambiante dominado por tecnologías digitales y cambios constantes.