La importancia de proteger a tus equipos que trabajan desde casa.

Bryan Bassett, analista sénior en investigaciones - Movilidad empresarial, IDC

En los últimos meses, millones de trabajadores estadounidenses han pasado del trabajo en la oficina al trabajo remoto de tiempo completo, lo cual ha sido todo un desafío. De cara al 2021, las empresas señalan que sus expectativas son que esta tendencia continúe incluso mucho después de que pase la crisis inmediata. De hecho, el 87% de las autoridades encargadas de la toma de decisiones de las TI corporativas de EE. UU. encuestadas por la IDC anticipan que el número de sus empleados corporativos que trabajen desde casa (WFH) aumentará pasado el 2020, incluso después de que se levanten las políticas obligatorias. Por consiguiente, la cantidad de empleados que dependen del acceso remoto seguro a datos corporativos fuera de las instalaciones de la empresa se convertirá en una cifra fija en los próximos meses y años.

Tener trabajadores remotos nunca tuvo tanta relevancia para las empresas como en la actualidad, y las prácticas de teletrabajo continuarán influenciando las estrategias corporativas modernas en los años venideros. Hay que tener en cuenta que los trabajadores móviles (quienes están en escena desde hace años y, según la IDC, alcanzarán el 60 por ciento de la fuerza laboral total en EE. UU. para el 2024) no son lo mismo que los teletrabajadores.

La IDC define a los trabajadores móviles a quienes su empresa les proporciona dispositivos móviles y les permite llevar a cabo tareas y procesos de trabajo específicos, como es el caso de representantes de tiendas, trabajadores de la construcción y trabajadores de servicios de área. Por el contrario y debido a la pandemia, millones de empleados que trabajaban desde sus oficinas se vieron forzados a implementar el trabajo remoto desde sus casas. Estos trabajadores remotos ejercen una gran variedad de puestos laborales y cumplen diferentes roles y responsabilidades. En general, se espera que los trabajadores remotos lleven a cabo los mismos trabajos que anteriormente realizaban en una oficina. Deben realizar su trabajo desde sus casas mediante el uso de las aplicaciones, los datos y las herramientas colaborativas que utilizaban en sus oficinas y a su vez hacerlo lo más impecable posible.

En 2021, la población de trabajadores remotos y teletrabajadores en EE. UU. alcanzarán los 36 millones, que significará el 24% de la población total de trabajadores en EE. UU., según lo indica la IDC. Para satisfacer las exigencias únicas de sus funciones, estos trabajadores requerirán cada vez más un acceso remoto seguro y conectividad en todas partes para trabajar casi desde cualquier lugar para cubrir las exigencias de sus empleos y tareas. Considerando que casi un cuarto de todos los trabajadores de EE. UU. continuará trabajando desde casa o en forma remota pasado el 2021, se ve a las claras la necesidad urgente de abordar el asunto del acceso remoto, las redes y la seguridad móvil con el objetivo de respaldar a los modelos de personal híbrido a corto plazo.

Por una cuestión de necesidad, la gran mayoría de los trabajadores que pasaron al teletrabajo desde casa actualmente acceden y transmiten recursos de la empresa a través de sus redes domésticas o redes wifi públicas no protegidas. Históricamente, las organizaciones corporativas han intentado eludir esta situación y han realizado grandes inversiones durante años para el despliegue y la gestión de infraestructuras de red seguras en la empresa, lo que permite garantizar que el tráfico de datos corporativos se encuentre protegido y monitoreado. Los cortafuegos corporativos, los puntos de acceso seguros, el hardware de carácter empresarial y el control del tráfico son medidas que contribuyen con los elevados niveles de seguridad y protección que proporcionan las redes corporativas. En el caso de que el área de TI no tenga un control directo sobre dónde y cómo los empleados acceden a los datos corporativos, los encargados de dicha área ya desplegaron una gran variedad de soluciones de seguridad en el destino, como la administración de dispositivos móviles (MDM), la detección de amenazas móviles (MTD) y el software de gestión de movilidad empresarial (EMM) para así lograr mantener los dispositivos de los empleados seguros y los datos corporativos protegidos.

Desafortunadamente para la mayoría de las empresas, es imposible garantizar que el mismo nivel de dedicación en pos de asegurar las redes corporativas modernas in situ se dé en la configuración de las redes domésticas para el consumidor promedio. A pesar de que el drástico cambio al teletrabajo sin duda ha ayudado a las empresas y a los empleados a mantenerse productivos de manera inmediata, ha dejado a muchas empresas expuestas al crear un entorno inseguro y blanco para amenazas. Los puntos de acceso compartidos dentro del hogar, una mayor exposición al robo de identidad y ataques de intermediarios, o las redes configuradas incorrectamente pueden ocasionar una potencial brecha en la seguridad y exponer o comprometer los datos corporativos.

Además de las problemáticas en cuanto a la seguridad de las redes, también se ha presentado la incorporación de nuevos dispositivos móviles al mercado corporativo destinada a equipar a los empleados con las herramientas necesarias para que puedan llevar a cabo sus tareas en la modalidad de trabajo remoto. Millones de smartphones, laptops, tablets y otros dispositivos conectados rápidamente cayeron en manos de los teletrabajadores y llegaron a sus casas, y en términos generales se omitieron los procedimientos para el despliegue, el registro o el cumplimiento de las políticas de seguridad correspondientes. En aquellos casos en los que había un desabastecimiento de dispositivos, muchas empresas optaron por adoptar políticas de trae tu propio dispositivo (BYOD), lo cual es poco recomendable y menos seguro, con el objetivo de mantener a sus empleados productivos y con la idea de que estas serían medidas temporarias para cubrir costos. Esta segunda ola de dispositivos no administrados que acceden a datos corporativos agrava aún más la problemática general en cuanto a la seguridad corporativa, especialmente cuando se combina con los riesgos de permitir a los empleados conectarse a sus redes domésticas o redes wifi públicas no protegidas.

El cambio drástico de entornos laborales seguros y centralizados a oficinas en casa descentralizadas sirvió como un incómodo llamado de atención para las organizaciones de TI corporativas, el cual sacó a relucir que éstas no estaban equipadas adecuadamente para afrontar en forma satisfactoria un modelo de fuerza laboral remota y diversa.  Como respuesta, las organizaciones corporativas están reevaluando sus planes de inversión en TI para 2021 y a futuro, y redestinarán el gasto estipulado para afrontar específicamente la creación de un entorno de trabajo remoto que sea seguro y la provisión de asistencia para los trabajadores remotos. De las organizaciones estadounidenses, el 42% comenzará a rediseñar su arquitectura de red para respaldar mejor a sus empleados remotos y el 47% planea aumentar el gasto en tecnologías de seguridad en 2021 teniendo como referencia el gasto de 2020.

Con el uso cada vez mayor de un acceso remoto seguro para fuerzas laborales híbridas, los proveedores de redes celulares tendrán un papel clave en ayudar a sentar las bases para una red empresarial más flexible y segura. Las redes celulares mantienen altos estándares cuando se trata de la seguridad de red, ya que los datos de redes celulares están encriptados de manera predeterminada. Las implementaciones de tecnología 5G también ayudarán a las organizaciones a proteger a sus empleados remotos al ofrecerles mejores protecciones de su privacidad y métodos de codificación más fuertes.

¿De qué manera le hacen frente a los desafíos que presenta el teletrabajo otros miembros de la industria? ¿En qué instancia del espectro de trabajo remoto se encuentra tu empresa? Completa la evaluación del índice de movilidad laboral de IDC para obtener un análisis a medida con el fin de optimizar los resultados comerciales en el mundo pos-COVID-19.