La industria automotriz se encuentra en medio de su revolución tecnológica más significativa de los últimos 100 años. Como resultado, los fabricante de automóviles están haciendo grandes inversiones para modernizar todos los aspectos de sus negocios, incluidos, entre otros, desarrollo, pruebas, fabricación, ventas, servicio y gestión del ciclo de vida de los vehículos. Si bien estos objetivos de modernización son amplios y globales, hay un rasgo esencial que se repite en todos los ámbitos: aprovechar el poder de los datos. El vehículo conectado es uno de los pilares fundamentales sobre los que los fabricantes de automóviles están construyendo su estrategia de datos integral.
Sin embargo, esto de pensar acerca de la necesidad de impulsar la conectividad y el acceso a datos hacia y desde todos los sistemas y subsistemas del vehículo es relativamente nuevo para los fabricantes de automóviles. IDC observó en el pasado que la mayoría de los fabricantes aislaba el alcance y la influencia de sus organizaciones de vehículos conectados para concentrarse en determinados casos de uso críticos y requisitos normativos. Afortunadamente, esto cambió cuando los fabricantes elevaron el perfil de la conectividad de los vehículos a una iniciativa vertical definida por los directivos, lo cual a su vez impulsó los cambios en personal, procesos y tecnologías necesarios para que la conectividad pasara de verse como un gasto a un elemento posibilitador para la empresa y los clientes.