Con la COVID-19 constantemente en las noticias cualquier buena noticia en el campo de la atención sanitaria es más que bienvenida. El persistente incremento en telemedicina, la distribución de información y servicios relacionados con la salud a través de tecnologías de telecomunicaciones e información electrónica, es particularmente prometedor.
La telemedicina posibilita una variedad de interacciones a distancia entre pacientes y médicos, entre las que se incluyen atención médica, asesoramiento, educación, intervenciones, controles y hospitalizaciones a distancia. En situaciones en las que un entorno rural, la falta de transporte o movilidad o la falta de personal limitan el acceso de las personas a la atención médica, la telemedicina puede reducir la brecha.
Estudios recientes indican que la telemedicina está creciendo a un ritmo rápido. Un informe de Market Research Future (MRF) indica que el mercado global de la telemedicina está en camino a lograr una tasa de crecimiento compuesto anual (CAGR) de 23% entre 2019 y 2024, con lo que alcanzará un valor de $16.17 mil millones para finales del período de referencia.
Incluso antes de la pandemia de coronavirus, el sector de la telemedicina estaba listo para florecer debido a la creciente demanda (y preferencia de los consumidores) en cuanto a compartir información a través de una plataforma digital para mejorar la comunicación. El acceso fácil a diferentes servicios de salud, a procedimientos económicos y sistemáticos, a mejores instalaciones de investigación y desarrollo y a tecnología mejorada es ahora más importante que nunca.
La telemedicina está transformando la prestación de servicios médicos en todo el país, como lo demuestran dos organizaciones empresariales que están ofreciendo servicios basados en plataformas móviles y resultados positivos a individuos y comunidades.