El futuro del trabajo es remoto y el futuro ya está aquí.

Durante estos tiempos sin precedentes cuando hay más personas que nunca trabajando desde sus casas, la respuesta al coronavirus también se ha convertido en un gran experimento socioeconómico.

Los desarrolladores de las empresas de tecnología más importantes están aprendiendo a lidiar con conexiones saturadas en el último tramo cuando envían su trabajo de forma remota. Los profesionales financieros están instalando redes empresariales en sus casas y atendiendo llamadas para ofrecer asistencia con líneas en TI corporativa e ISP privados mientras se ponen en marcha. Las familias están aprendiendo a equilibrar las necesidades compartidas de redes de ambos padres que trabajan y deben familiarizarse con el uso de las teleconferencias y varios niños que viven el aprendizaje a distancia por primera vez, bajo el mismo techo. Como estamos integrando nuestra vida personal y laboral como nunca antes, la conectividad y la movilidad resultan fundamentales, ya que nos permiten trabajar y aprender en cualquier momento y lugar. Estas tendencias probablemente definan el futuro del trabajo.

De acuerdo con un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) de septiembre de 2019, solo un pequeño porcentaje de trabajadores estadounidenses (el 2 por ciento) había trabajado de forma remota a tiempo completo el año anterior; según la BLS, casi el 24 por ciento había trabajado desde su casa ocasionalmente. Este pequeño grupo, compuesto principalmente por profesionales que abarcan desde desarrolladores y contadores hasta directores de proyectos y escritores, se ha convertido en la vanguardia de una transición mucho más amplia.

Como medida de prevención o para cumplir con las medidas de aislamiento, el 88 por ciento de los ejecutivos de RR. HH. que respondieron una encuesta de Gartner en marzo informaron que recomendaron o exigieron a los empleados que trabajaran desde casa como parte de su respuesta a la pandemia de COVID-19. La respuesta a esta pandemia representa, según un informe de McKinsey publicado en marzo, "una reestructuración inminente del orden económico mundial", que acelera rápidamente una transición incipiente hacia el trabajo flexible y el teletrabajo a gran escala y, en el proceso, redefine las formas en que muchos de nosotros trabajamos y vivimos, de maneras inesperadas.

"Los directores de información deberán seguir pensando cómo ayudar a los empleados y clientes a sobrellevar la crisis y adaptarse a las nuevas formas de trabajar e interactuar con los productos y servicios".

Cody Sanford, vicepresidente ejecutivo, director de información y director de productos, T-Mobile

La oficina puede estar en todas partes: extender el lugar de trabajo virtual.

Como ahora hay millones de estadounidenses más que trabajan desde casa, el uso de banda ancha ha alcanzado el punto máximo y los principales proveedores informan un aumento en el tráfico de datos de más del 30 por ciento desde el 1 de marzo de este año. Hasta ahora, los ISP de los principales municipios han estado a la altura del desafío, con algunos descensos de velocidad a nivel local, pero en general la respuesta de los proveedores ha sido eliminar los límites de datos y aumentar las velocidades para ofrecer un mejor servicio a los clientes comerciales que trabajan desde casa.

Con una buena administración y solidaridad de equipo, la transición a un entorno de trabajo desde cualquier lugar puede ser relativamente sencilla para los profesionales: implicaría cambiar jornadas de reuniones donde deciden cifras o elaboran contratos en una oficina para llevar adelante las mismas tareas de forma efectiva mediante videoconferencia, documentos compartidos y herramientas de organización en la nube. Es un desafío que tiene que ver con la organización del tiempo y la cultura corporativa. Sin embargo, la transición también ha puesto de manifiesto oportunidades y dificultades para las organizaciones.

Oportunidades de conexión a gran escala.

Cada año, Domo, el proveedor de inteligencia empresarial con sede en Utah, organiza Domopalooza, una conferencia para sus usuarios comerciales y una oportunidad fundamental para que la compañía se conecte con sus clientes actuales y potenciales. El evento se había programado para el 18 de marzo en Salt Lake City y 3,000 personas habían confirmado asistencia.

Cuando empezaron a aparecer casos de COVID-19 en el estado de Washington en febrero, el director ejecutivo de Domo, Josh James, tomó la decisión de que el evento no podía desarrollarse como se había previsto. El 28 de febrero, la compañía anunció que el evento se llevaría a cabo por Internet, lo cual dio inicio a tres semanas de preparación intensiva.

Desde el principio, el equipo decidió que querían buscar la manera de aprovechar el entorno virtual. "No queríamos solo poner una cámara enfrente de un escenario y hacer de cuenta que era una conferencia normal", dijo John Mellor, director de seguridad de Domo. "Si pudiéramos haber hecho eso, habría sido más fácil. Pero no habría sido interesante. Y no creo que hubiéramos recibido el mismo tipo de respuesta y la misma interacción".

Mellor y su equipo organizaron la conferencia como un rodaje televisivo en lugar de una producción teatral en vivo. El equipo grabó conversaciones y presentaciones en el lugar para que los asistentes virtuales tuvieran la sensación de estar en Utah y aprovecharon los paisajes más impresionantes de Utah, desde las montañas de Snowbird y el Salar de Bonneville hasta la oscuridad de la Mina de Sal de Redmond; además, las visitas a los clientes de Domo, como un concesionario de piezas para automóviles y una planta de embotellado, brindaron una forma de acercarse visualmente a los clientes.

Un evento que se llevó adelante de forma virtual por necesidad se convirtió en una oportunidad para que Domo extendiera su alcance y participación significativamente: 9,500 personas se preinscribieron en las semanas posteriores al anuncio y el día del evento 12,000 visitantes únicos vieron al menos una parte del contenido ofrecido, un aumento del cuádruple en comparación con el evento presencial original.

"Nos metimos en esto sabiendo que al menos no podíamos hacerlo mal porque nadie lo había hecho antes", explica James. "Creo que el éxito de Domopalooza tiene que ver con los mismos principios que se relacionan con nuestra forma de trabajar desde casa en este tiempo: asegurarnos de que la experiencia sea lo más gratificante y productiva posible. ¿Captas la atención de las personas con quienes trabajas todos los días? ¿Cómo usas las herramientas de video? ¿Cómo te aseguras de aprovechar al máximo el tiempo limitado de la gente cuando captas toda su atención en una llamada en conferencia? Es un buen contexto para pensar acerca de cómo dirigimos nuestro propio equipo".

El desafío de administrar los servicios presenciales.

Para aquellos que deben prestar servicios personalmente, la transición ha sido mucho más difícil. Desde el comercio minorista hasta los servicios sociales y los programas educativos basados en laboratorios, los gerentes y empleados han tenido que idear soluciones creativas para continuar con su trabajo.

Este es el desafío que debe afrontar Liahann Bannerman, directora de Participación Voluntaria de United Way of King County en Washington. UWKC tiene un equipo de casi 100 personas que han completado la transición efectiva al trabajo remoto desde sus hogares en todo el área de Seattle. Sus empleados se comunican virtualmente y han implementado campañas por Internet y actividades de recaudación de fondos entre pares. El hecho de que los donantes envíen contribuciones de manera digital limita la necesidad de que los contadores procesen cheques personalmente en la oficina.

Un desafío mayor ha sido crear alternativas funcionales con las docenas de organizaciones sin fines de lucro con las que trabaja United Way en el afán de asistir a las comunidades de bajos recursos. En algunos casos, Bannerman y su equipo han podido encontrar alternativas virtuales. Un importante programa de primavera conecta a aquellas personas elegibles para el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo con asesores fiscales sin costo.

"Tenemos más de miles de voluntarios que llevan adelante nuestra campaña tributaria gratis", dice Bannerman. "Y eso se detuvo de inmediato. Pero nuestro equipo fiscal pudo conectarse con Code for America y descubrió que tienen una herramienta que no se estaba usando mucho. Logramos que nuestros voluntarios y gerentes de centros tributarios se mantuvieran conectados a través de esa herramienta para poder seguir ayudando".

Sin embargo, ofrecer una alternativa a los servicios presenciales sigue siendo un problema, particularmente a la hora de servir a la comunidad de personas sin hogar de Seattle. Cuando comenzó la crisis, Bannerman había estado coordinando un intercambio de recursos comunitarios a gran escala: un centro integral para acceder a una variedad de servicios, desde odontología y vestimenta hasta una feria de trabajo. No han podido encontrar la forma de implementar una alternativa por Internet.

"Incluso aunque se pueda ofrecer un intercambio de recursos virtual (ya que muchas personas sin hogar tienen teléfono), el problema es que el servicio presencial permite a la gente hablar con alguien que los conecte con los proveedores adecuados disponibles. Mientras que, al hacerlo por Internet, es posible que realicen todo el proceso y descubran que son elegibles o no son elegibles para ese recurso y que no haya nadie para ayudarlos a obtener el recurso correspondiente", señala Bannerman.

El futuro del trabajo jamás será exclusivamente digital; siempre se requerirá de la interacción cara a cara. Pero muchas organizaciones deben hacer frente al desafío de optimizar la prestación de servicios en persona, ya sea que sirvan a las poblaciones más vulnerables, brinden atención de emergencia o asistan a los clientes en el sector minorista. En la mayoría de los casos, será fundamental aumentar la accesibilidad móvil y administrar las interacciones físicas con herramientas digitales eficientes y estos servicios se optimizarán a través de la extensión del acceso móvil confiable a aquellos que más lo necesitan.

Respaldar la continuidad del aprendizaje para la fuerza laboral del futuro.

Como casi todas las escuelas del país están cerradas, los educadores de instituciones de educación K-12 y educación superior han implementado la enseñanza remota con distintos grados de éxito. Uno de los mayores desafíos es llegar a los estudiantes que carecen de herramientas o conectividad en el hogar. De los 1.1 millones de estudiantes que hay en Nueva York, muchos de los que componen el 80 por ciento que tienen bajos ingresos solo pueden conectarse a Internet a través de su teléfono. El Departamento de Educación (DOE) de la ciudad ha hecho un esfuerzo masivo por otorgar tablets a esos estudiantes y compró 175,000 dispositivos durante las primeras semanas del cierre de las escuelas. Desde entonces, el DOE estuvo trabajando con Apple y T-Mobile para ofrecer otras 300,000 iPads con capacidad para LTE, mientras que IBM se encarga de configurarlas con software y filtros de contenido apropiados y conectarlas a Internet.

Sin embargo, el servicio de banda ancha en los condados rurales y urbanos más pobres sigue representando un problema. Aquellos que pertenecen a mercados más pequeños desde siempre han contado con pocos recursos de banda ancha y tienen problemas para ofrecer un respaldo a los estudiantes y trabajadores remotos. (La situación ha mejorado notablemente, pero casi 21 millones de estadounidenses siguen sin tener buen acceso a banda ancha, según la FCC). La FCC pidió a los proveedores que bonifiquen los cargos conforme al compromiso Keep America Connected (Mantener la Conexión de los Estadounidenses) de la Comisión y el proyecto de ley de estímulo del Senado destina $100 millones a mejoras de banda ancha para zonas rurales. Los ISP ofrecen niveles de servicio básico a bajo costo o en algunos casos sin cargo a los clientes de zonas rurales. Además, en lo que respecta a la movilidad, T-Mobile ha estado arrendando espectro adicional para prestar un mejor servicio a los clientes más afectados.

21 millones

 de estadounidenses siguen sin tener buen acceso a banda ancha

La reinvención del futuro del trabajo: lecciones a largo plazo.

Es demasiado pronto para saber el nivel de transformación que generará esta experiencia. La pregunta de si se arraigarán las tendencias actuales hacia las jornadas laborales flexibles, el trabajo remoto y las oportunidades de aprendizaje aún no tiene respuesta.

"Los directores de información deberán seguir pensando cómo ayudar a los empleados y clientes a sobrellevar la crisis y adaptarse a las nuevas formas de trabajar e interactuar con los productos y servicios", señala Cody Sanford, vicepresidente ejecutivo y director de información de T-Mobile. "Esto significa ampliar las capacidades tecnológicas en los recursos de espacios de trabajo digitales con el objetivo de fomentar formas nuevas de trabajar con una fuerza laboral más distribuida y ágil, en centros de atención telefónica, tiendas, el sector corporativo y otros ámbitos. La misma importancia tiene ampliar el acceso y las capacidades en las tecnologías digitales para respaldar a los clientes y su mayor demanda de herramientas de autoservicio por Internet".

Sea cual sea el resultado a largo plazo, está claro que es posible incluir opciones de trabajo remoto de maneras que muchos empleadores jamás consideraron. Pero para que esto funcione, los proveedores de servicio móvil e ISP deberán desarrollar una infraestructura de acceso universal en todo el país. Si bien tal vez no sea posible cerrar por completo la brecha digital de Estados Unidos durante esta pandemia, es evidente que desarrollar una infraestructura de datos más sólida en todo el país es fundamental para superar los futuros desafíos de conectividad y es probable que la tecnología 5G nacional sea la respuesta para brindar conectividad en el último tramo a las poblaciones del país que carecen de un servicio adecuado.

Publicado originalmente en  CNBC.com.

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